En esta fecha tan importante para la radio en que celebramos hoy el Día del Trabajador radial, como Vicepresidente de la Archi, se me ha conferido la honrosa misión de felicitar a los destacados amigos locutores que hoy han sido galardonados en esta ceremonia que se está realizando en el Palacio de La Moneda, la casa de todos y de todas.
Por lo mismo, mis sinceros agradecimientos a la S.E. la Presidenta de la República, Sra. Michelle Bachelet por este cariñoso gesto de facilitar estos salones junto a la Ministra Secretaria General de Gobierno, Paula Narváez.
En muy breves palabras sólo quisiera destacar el hecho que estas grandes figuras de la radio y también de la televisión hoy aquí presentes, han sido un pilar fundamental en el desarrollo de estos dos importantes medios de comunicación en nuestro país.
Como hombre más de radio que de televisión y por años, me atrevo a decir que en nuestro medio el trabajo de un locutor ha sido siempre la figura clave para que una emisora funcione y funcione bien.
Y digo esto porque en la radio, la voz es fundamental. Es el origen y base de la comunicación de ideas, de emociones y de motivaciones.
El impacto de la voz en los oyentes se siente en todas las edades y con todos los matices. Es el hilo conductor que atrae la atención de los auditores. De hecho muchas radios se han identificado por años y años gracias a una voz exclusiva.
Una voz transmite alegría, nostalgia, entusiasmo, serenidad, ternura, autoridad, es decir, todo se puede difundir para ser escuchado y asimilado por los auditores de tal o cual radio.
La voz es la radio y la radio tiene en la voz de los locutores una poderosa raíz que florece en palabras, ideas y motivaciones.
Ser locutor en este momento es una responsabilidad mayor, porque la radio hablada exige más y más capacidad y razonamiento.
Es también una responsabilidad mayor porque según todos los estudios de opinión que se hacen con frecuencia en el país, ubican a la radio en el primer lugar dentro de las instituciones con mayor credibilidad, confianza, compañía y entretención.
Por lo mismo, hoy las palabras no pueden ir solas, de la mano de la emoción pura. Hoy esas palabras necesitan razones para subsistir.
Hoy un locutor “moderno”, debe tener credibilidad y para ello ser profesional, entusiasta, certero, y lo más importante, ser respetuoso. Sin embargo, capacitación es la palabra urgente.
Locutores somos todos, por el sólo hecho de hablar a alguien en voz alta. No obstante, ser locutor en radio o en televisión es no sólo profesión artística, sino todo un compromiso de comunicador auténtico Y eso se logra con personal capaz, con gente que ama lo que hace. Y así lo han hecho quienes hoy han sido galardonados.
Así entonces qué mejor momento para sumarme a este merecido reconocimiento del gobierno de Chile a estos verdaderos talentos de la locución nacional.
Vuestras voces son todo un emblema, un símbolo de la radiodifusión nacional y nadie podría dudar de vuestro mérito, de vuestra tremenda trayectoria y aporte a la cultura y a la comunicación en Chile.
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